11 feb 2013

[Día 500] Doce de la noche.

Me agarro los cabellos con desesperación y tiro de ellos con fuerza. No entiendo por qué estoy siendo torturada de esta manera, nada tiene lógica, todo el mundo está perdiendo el sentido que tenía. Estoy empezando a plantearme que he muerto y que estoy en el infierno, pero jamás he sido tan malvada como para recibir esta clase de castigo. Yo era una chica normal que llevaba una vida normal y hacía lo que cualquier chica de tercero de secundaria. Aprobaba unos exámenes, suspendía otros. Me llevaba bien con ciertas personas, con otras no. A veces peleaba con mis padres. A veces no hacía los deberes. Estaba... estoy enamorada.
Una lágrima se desliza desde mi ojo derecho hasta mi oreja, entrando en el oído. Normalmente me habría molestado en limpiarla, pero últimamente nada es normal. El mundo es un sinsentido, y todo esto se escapa al entendimiento de una chica de catorce años. No, esto se escapa al entendimiento de cualquiera. Pero quizá un adulto lo asumiría mejor. Yo, por mi parte, no consigo comprender. Ya no me interesa siquiera comprender el mundo y su funcionamiento, ahora sólo me interesa comprender por qué me ha tocado a mí vivir todo esto.
Dejo de hacer fuerza con las manos, y nada más suelto mi pelo noto cómo algunos cabellos caen de entre mis dedos, arrancados. Tomo aire y lo suelto lentamente, dejando que las voces de la radio con las que me fui a dormir hace quinientas noches me tranquilicen una vez más. Ya sé lo que van a decir, siempre dicen lo mismo, pero no me importa. De algún modo centrarme en esas voces tan alegres me hace desconectar de mi realidad.
Realidad que lleva torturándome quinientos días y noches. O, ciertamente, un solo día y una sola noche, pues el tiempo no avanza. Llevo repitiendo el mismo día quinientas veces, y no llego a comprender por qué. Simplemente, hace quinientas noches, el tiempo comenzó a repetirse, y la única que recuerda esto parezco ser yo. He buscado en estos días información por Internet, mirando en blogs y páginas de otros países algún tipo de conexión con lo que a mí me ocurre, tratando de comprobar si a alguien más le ocurre lo mismo que a mí; y todos los días hago una entrada que se borra para el día siguiente en la que explico lo que me está pasando. Jamás he encontrado a nadie en mi misma situación. Mis compañeros de clase y familia no saben nada de esto. Se lo he contado en diversas ocasiones y de nada sirve. Me miran como si tuviera fiebre, me preguntan bromeando si he tomado mis pastillas, o simplemente me dicen que tengo una imaginación envidiable.
En estos quinientos días, prácticamente dos años de tortura, he intentado de todo para cambiar la rutina. He llegado a la conclusión de que, para que el tiempo vuelva a avanzar de nuevo, tengo que cambiar algo. Que si la única que se percata de esta constante repetición soy yo es porque soy una elegida. Es porque hace quinientos días no hice algo que debía haber hecho. Pensaba que el destino no existía, pero ahora creo firmemente en ello.
He probado a no hacer mis deberes, a hacerlos todos a la perfección, a no estudiar, a estudiar durante horas, a pelear con mis padres, a mostrarme muy agradable con todo el mundo... y largo etcétera. He probado todas las alternativas, cambiando todos los días algo. He tenido, al fin y al cabo, mucho tiempo para probar cosas. Incluso me he peleado físicamente con gente del colegio, pero de nada ha servido.
Sólo me queda probar una cosa que no me atrevo a probar, pero estoy tan sumamente agotada de todo esto, de esta constante repetición; que este día quinientos estoy dispuesta a hacer lo que sea. Tengo un plan, y lo voy a llevar a cabo. Este día voy a probar una última cosa, y si no funciona, tiraré la toalla y me limitaré a vivir encerrada en este bucle por el resto de mi vida. Tengo claro que si tras lo que hoy voy a hacer todo sigue igual, me será indiferente. Lo consideraré un castigo divino y me dedicaré a sufrirlo en mis carnes hasta el fin de los tiempos.
Me quito los auriculares para poder pensar en lo que voy a hacer y me doy una vuelta en la cama, en la oscuridad de mi habitación. Mi casa está prácticamente en silencio dado que mi hermano mayor tiene la costumbre de poner música cuando se va a dormir. Música clásica. La verdad es que cuando era pequeña me tranquilizaba escucharla de fondo. Pensaba que él estaba despierto y que podría defenderme de cualquier cosa.
Me limpio las lágrimas y salgo de mi cuarto, atravesando después un corto trecho del pasillo. Llamo con los nudillos a la puerta de mi hermano, que la abre a los pocos segundos. Me recibe en camiseta de tirantes y pantalones de pijama, e inmediatamente me dedica una sonrisa y me revuelve el pelo.
- ¿Qué pasa, pequeñaja? - me pregunta - ¿Pesadillas?
- No seas idiota - respondo, notando cómo los ojos se me llenan de lágrimas otra vez - Simplemente necesito contarte algo. Algo que ya te he contado en más de una ocasión, pero no lo recuerdas.
- Qué misteriosa... - dice, apartándose de la puerta para dejarme entrar.
Camino hasta su cama, donde me tumbo, exhausta y suspirando. Él se sienta a mi lado, e inmediatamente le empiezo a contar lo de los quinientos días entre lágrimas, sollozos y gritos ahogados. Me escucha atentamente, como todas las veces que se lo he contado. La verdad es que es reconfortante, aunque luego lo vaya a olvidar.
Cuando termino, se queda unos minutos mirando al suelo, como siempre. Aprovecho para recuperar la calma, y él me espera. Cuando ya prácticamente no sollozo, me pregunta:
- ¿Seguro que no ha sido una pesadilla?
- Siempre haces esa pregunta - respondo, sonriendo con tristeza.
- Entiéndeme. Suena muy fantasioso.
- Yo tampoco me lo creería, pero te juro por lo que más quiero que es cierto.
- Vale, te creo. Por cómo me lo has contado parece muy real; pero no sé qué decirte, Carol. Sabes que siempre tengo consejo para ti, pero esto se me escapa - dice, llevándose una mano a la frente - Si quieres puedo hablar con mamá y papá...
- No lo hagas. Para hoy tengo algo planeado, y todas las veces que has hablado con ellos he acabado en casa todo el día metida. En algunas ocasiones me llevaron a un psicólogo. Eso interferiría con lo planeado - respondo, incorporándome.
- Como gustes - dice, mientras me levanto de su cama.
- ¿Puedes subir un poco más la música? Me gustaría escucharla mejor desde mi cuarto - le propongo mientras camino a la puerta.
- Claro - dice, y justo cuando estoy a punto de salir me dice - Sea cual sea tu plan, no te hagas daño.
- Por supuesto que no - digo, cerrando su puerta tras de mí.
Lo que no sabe es que le estoy mintiendo.

................................
Y así empieza el relato que dije iba a empezar a subir. Espero que se comprenda que Carol, la protagonista, está atrapada en el tiempo, y si no se comprende pues ya lo suelto yo aquí xD
Bien, pues todas las entradas que lleven "[Día 500]" en el título serán sobre este relato. Espero que os guste a todos, que comentéis y esas cosillas ^^
Muchas gracias a todos y muchos besotes :3


4 comentarios:

  1. ¡¡¡OH DIOS!!! Me encantó, lo amé, está genialmentefabulosoehiper chachi, súper original!!! La idea...wow. Aparte, me deja con ganas de saber más ._________. Pero tendré que esperar... *suspiro*
    -Pao

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Aiiiins *O* Muchas gracias ^^ Ya no sólo por leer y comentar y tal, si no por lo de original. Esa palabra me llega al alma cuando lo dirigen a algo que yo he hecho xD
      Y claro que te deja con ganas de saber más, ¿a quién crees que estás leyendo? xDDD Yo siempre dejo con la intriga, huhuhuhu xD
      En fin, Pao, muchas gracias por tu apoyo incondicional *O* Espero que el siguiente capitulete no te decepcione ;)
      Besooos :3

      Eliminar
  2. Wow, no me he enterado de la mitad de las cosas y ya me encanta; será porque lo has escrito tú XD

    Un Besazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. LOL, pues sí que escribo bien, sí... <--- qué flipada que soy xD
      Nah, pero si no te enteras no escribo tan bien... De todos modos ya te irás enterando, pero por si acaso, te aclaro que Carol (la prota) está encerrada en un día que se repite una y otra vez, y que lleva repitiéndose quinientas veces, así que ha vivido el mismo día quinientas veces; y nadie a parte de ella lo sabe. Espero que te haya servido de aclaración ;)
      Muuuchas gracias por leer y comentar, Cgm :3
      ¡Besotes!

      Eliminar

¡Eh! ¡Ten cuidado conmigo! ¡Tengo una pierna! ¡Y puedo atacarte con ella en caso de no ser respetuoso en tu comentario! Así que vete con ojo...