31 ene 2013

El amor es guerra.

Sean camina deprisa hacia su casa, encogido sobre sí mismo como si le doliera el estómago cuando en realidad le duele el pecho, intentando no pensar en nada. Por su cabeza pasan miles de imágenes con Lauren, miles de imágenes sin ella, durante ella, tras ella. Miles de imágenes de peleas, sonrisas, caminos, caminantes, cines, miradas, gente, bares, pisos... Miles de imágenes de su vida. Por algún motivo le vienen incluso imágenes de cuando ella no existía para él, y no lo entiende. Recuerdos de su infancia. Qué bien se vivía en la infancia, sin preocuparse por el dinero, los dioses o el amor. Ojalá él pudiera volver a ser niño justo en ese momento.
Él ha dejado de llorar hace apenas unos minutos. Es curioso como pensaba que estaría llorando toda la noche, y en realidad no han sido más de diez minutos. Ahora sólo quiere llegar a casa, tomarse una bebida caliente, ducharse y dormir hasta despertarse de manera natural. Sabe que cuando luzca el sol en lo más alto todo será más fácil de asumir. Sabe que el próximo día marcará un antes y un después en su vida. Sabe que tendrá que olvidar a Lauren, con la que pasó tanto tiempo, y buscar a otra persona. Piensa que si lo suyo con Lauren no ha funcionado es porque hay alguien mejor esperándole. Piensa, piensa muchas cosas. Quizá demasiadas. Quizá por eso no oye siquiera los rápidos pasos a su espalda.
- ¡Sean! - grita entonces ella. El hombre se queda quieto, pensando que ha sido su imaginación, y entonces vuelve a oírla - ¡Sean! ¡No podemos dejar esto así!
Se gira muy lentamente, con el ceño fruncido, sintiendo una mezcla de esperanza, enfado y confusión en su interior. Por un lado quiere solucionar las cosas, por el otro no entiende a Lauren, y por otro más cree que ella está jugando con él - como en muchas otras ocasiones.
La ve correr hacia él, y llega jadeante a su lado. En principio flexiona las rodillas y apoya las manos en éstas mientras intenta recuperar el ritmo normal de sus respiraciones, más luego directamente se sienta en la sucia acerca que hay a sus pies. Ella, Lauren, siempre ha sido así de espontánea.
- ¿Qué haces? - pregunta Sean, observándola. Se da cuenta de que ella también ha llorado por las marcas en sus mejillas y sus ojos enrojecidos - Deberías ir con Víctor a que te dé mimos - dice en tono hiriente, arrepintiéndose al segundo de haberlo dicho.
- Que le den a Víctor - responde ella, aún sin haber recuperado su aliento - Ahora, en este instante, los importantes aquí somos tú y yo; y no existe nadie más en el mundo.
- No decías eso hace un rato - responde Sean, apoyándose contra una pared.
- Hace un rato me comía el orgullo y la ira hacia ti - explica ella, finalmente tumbándose en el suelo - ¿Te has fijado en la enorme luna llena que hay sobre nosotros esta noche?
- Como entenderás, no - contesta él, observando cómo la Lauren que el conoce tan bien vuelve ante sus ojos, recordando el día que durmieron en la terraza del edificio donde ella vive a pesar de estar esto prohibido.
Ella era bohemia. Demasiado bohemia, y cultureta. Le gustaba tomar té, ver cine de autor, comerse la cabeza por lo que él consideraba tonterías. A él no le importaba ni tomar té, ni ver cine de autor, ni filosofar. No le importaba, es verdad, pero tampoco era precisamente el té su bebida favorita, ni el cine de autor su tipo de cine favorito, ni filosofar su pasatiempo favorito. No lo eran en absoluto. Él prefería una Cola-cola, una peli de humor, y un debate sobre si el pádel era o no un deporte para gente adinerada. Por eso nunca terminaría de encajar bien con Lauren, y lo sabía. Ambos lo sabían. Sin embargo, entre ellos había una extraña y fuerte unión que ninguno de los dos conseguía romper o siquiera entender.
- ¿Cómo vamos a solucionar esto, Sean? - pregunta ella tras segundos de silencio - Yo no tengo ideas. Le he dado mil vueltas, y no encuentro salida. Todo lo que nos ha pasado ha sido tan... tan...
- Fuerte. Ha sido fuerte - dice Sean completando su frase.
- Sí, esa palabra puede valer - dice ella.
- Creo, Lauren, que simplemente deberíamos quedar ahora como amigos, mantenernos en redes sociales, hablar de cualquier mierda algún día... esas cosas. Relación cordial, y punto - expone Sean, desviando la mirada, imaginando lo que dice. No le gusta en absoluto, pero cree que es lo más correcto.
- Pero tú no me quieres como amiga, Sean - dice ella, incorporándose hasta quedarse de nuevo sentada.
- ¿Y tú me quieres como amigo? - pregunta él, dedicándole una mirada triste.
- No lo sé. No sé siquiera qué leches estoy haciendo con Víctor - responde Lauren, mirando al suelo.
- Es todo complicado, ¿verdad? Maldita sea, Lauren, antes de que entraras en mi vida todo era fácil, sencillo. Vivía a gusto con todo. Has puesto mi mundo patas arriba - explica Sean con una sonrisa incrédula en el rostro.
- Y tú el mío - contesta ella, sonriendo de la misma manera.
Pasan varios minutos en los que ninguno de los dos se atreve a pronunciar palabra. Minutos dedicados a pensar, a miradas, a gestos, a silencio. Y tras eso, Sean le tiende la mano a Lauren, y ella se la toma. Él la ayuda a levantarse y luego le propone darse una noche desconectados del resto del mundo. Una noche para hablar de todo lo que tienen que hablar, una noche para solucionar las cosas y decidir cómo seguir adelante. Una noche que decidirá su futuro.
Y su futuro quedó decidido aquella noche. Tras hablar durante horas, hartarse a beber café, ver el amanecer, y trasnochar... tras todo aquello, decidieron dejarlo como amigos. No podían estar juntos como pareja porque claramente eran perjudiciales el uno para el otro en ese estado, pero tampoco podían dejar de verse ni de estar cerca porque habían vivido demasiado juntos, y habían crecido también demasiado juntos. Habían aprendido el uno del otro, y seguían haciéndolo. Por eso consiguieron quedar como amigos, aunque en el asunto de parejas cada uno fuera por su lado.
Lauren rompió a la semana con Víctor, al cual sólo utilizaba para olvidar del todo a Sean; y tiempo después se casó con un tipo del que más tarde se divorció y con el que tuvo un hijo que le enseñó a querer a alguien plenamente a pesar de sus defectos.
Sean pasó dos años de soltería hasta encontrar a una mujer que terminó de encajar con él y con la que se casaría más tarde.
Todos los años que pasaron desde aquella noche en la que desconectaron del mundo, Sean y Lauren, Lauren y Sean, fueron grandes amigos. Se apoyaron el uno en el otro. Se rieron y lloraron juntos. Celebraron lo bueno, lucharon contra lo malo. Siempre juntos, siempre espalda con espalda: siempre queriéndose.
.....................
Y así termina la historia de Sean y Lauren. Espero que os haya gustado ^^
Muchas gracias a los que la hayáis leído, y espero que comentéis. También agradezco a quienes ya han comentado, que ellos saben quienes son y que son to majosos xD
¡Muchos besos!
Ah, os dejo la canción con la que he escrito el relato:

4 comentarios:

  1. Me has emocionado otra vez, lo que escribes de Lauren y Sean es muy bonito, ojalá siguiera. Tienes que prometer que escribirás más historias de amor, no hace falta que sea pronto, pero sí que sigas haciéndolo

    Un besazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Disculpa que responda tan tarde a tu comentario. Los exámenes me tienen ocupadísima >.<
      En fin, la verdad es que no lo voy a seguir simplemente porque no puedo. Creo que alargar la historia sería un tanto... absurdo. Además de que la calidad bajaría porque, en mi cabeza, la historia dura hasta donde he escrito y así queda, para mí, perfecta. Si la alargara más quedaría forzada :S
      Y no dudes que escribiré más historias de amor, porque se me ocurren historias cortas como esta cada dos por tres ;)
      ¡Muchas gracias por leer y comentar! Y me alegro de que te haya gustado la historia de Lauren y Sean :3
      ¡Besazos!

      Eliminar
  2. Aw *u* No me esperaba el final, pero de todos modos me ha encantado. Concuerdo con Cgm, deberías escribir más historias de amor, te salen preciosas.
    -Pao

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Como le he dicho a Cgm, escribiré más sin dudarlo :) Además de que se me ocurren cada dos por tres, disfruto escribiéndolas, me entretiene, paso el rato xD Y creo que me quedan bastante bien [inserte cara de estar orgullosa aquí]
      En fin, me alegro de que te haya encantado ^^
      Y perdona por haber tardado tanto en responder tu comentario. Es por los exámenes u_u
      ¡Muchas gracias por leer y comentar!
      Besotes :3

      Eliminar

¡Eh! ¡Ten cuidado conmigo! ¡Tengo una pierna! ¡Y puedo atacarte con ella en caso de no ser respetuoso en tu comentario! Así que vete con ojo...