Hitler era como tú y como yo.
Era un ser humano enamorado de su pareja y que creía que estaba haciendo las cosas bien, lo cual obviamente no le justifica.
Pero era como nosotros. Un cuerpo completo, una mente, un par de ojos. Tenía más o menos las mismas habilidades que tú y que yo. Necesitaba comer, respirar y un corazón latiendo.
Los años pasaban por sus células como pasan por las nuestras, y le habría gustado entrar en una escuela de arte, porque tenía mano de dibujante.
Pero todo eso no borra lo que hizo. Lo que hizo, de hecho, le convirtió en un monstruo. Pero un monstruo humano. Un monstruo con las mismas debilidades y fuerzas que tú y que yo.
Y el hecho de que fuera humano, es lo que me hace temer la humanidad.
Mucha razon (:
ResponderEliminarPor mala suerte, sí u_u Pero bueno, también hay muchísimas buenas personas en el mundo, y eso es algo a tener en cuenta.
EliminarMuchas gracias por haber leído y comentado, querido anónimo.
¡Un abrazo!