24 feb 2014

[Intoxicados 10] - Horda

Tomo aire, tranquilizándome. Lo que voy a hacer es jodidamente peligroso, además algo que no he hecho jamás. Cuando la movida zombie empezó, mis padres y yo hicimos barreras de contención con diversas cosas alrededor de la casa, en las zonas más débiles, porque dudábamos que los zombies atravesaran o escalaran la valla que rodea mi hogar, y nos quedamos dentro de la misma. Mi padre sólo salía de la casa de
vez en cuando, para ir a robar comida a algún establecimiento cercano abandonado. Un día, simplemente, no volvió. Pasó lo mismo con mi madre.
Yo nunca salí de la casa. En aproximadamente dos años y medio. Me estuve apañando como pude porque me daba demasiado miedo salir. Recuerdo llegar a comer sólo una albóndiga cada tres días porque tenía que racionar la comida. Me quedé tan flaco que, para que se me viera, tenía que pasar tres veces. Se marcaban todas y cada una de mis costillas, apenas tenía carne sobre los huesos, mi cara parecía una calavera.
Pero ahora, con el aviso de una horda invadiendo la ciudad, una horda que ha traspasado la barricada norte; me dispongo a salir fuera. Por suerte, tengo una pistola que he disparado en muy pocas ocasiones, pero que mi padre trajo a casa en su momento. La robó de una comisaría, cuando todo empezó.
Vuelvo a tomar aire, compruebo que la pistola está cargada, y salgo. Voy corriendo a mi bicicleta, que llevo un tiempo sin usar, pero me monto y comienzo a pedalear todo lo rápido que puedo.
No saldría de casa de no ser por Saya. Sé que trabaja en las barricadas y tengo miedo a que pueda haberle pasado algo, pero también sé que es lo suficientemente lista como para haberse ido por patas cuando la situación se ha puesto difícil. Por lo que voy a su apartamento, en el cual sólo he estado una vez.
Voy pasando una manzana tras otra, por la carretera, colándome entre los pocos coches que hay activos. Según me acerco a su zona, la zona norte, muy cerca de la barricada, voy viendo cada vez más zombies muriendo a manos de humanos. Y luego veo zombies mordiendo a gente. 
Pero yo paso corriendo, sin temer lo que me pueda pasar, hasta que llego al edificio donde vive Saya. Me bajo de la bicicleta, observando mi entorno, en el cual hay bastantes zombies. Un par de ellos, o tres, se han fijado en mí. Mierda. Además no puedo respirar bien. Y noto algo cayendo por mi nariz.
Entonces alguien me empuja. Es Saya. Lleva consigo un rifle, y me grita desde el interior de su máscara:
- ¡Vuelve a tu casa!
Entonces pega un tiro y cae un zombie. 
- ¡Necesito saber que estás bien! - respondo.
- Ya ves que sí. Ahora vete. Salva tu culo, yo suficiente tengo con salvar el mío - me dice, y sigue pegando tiros.
Estoy a punto de responder, pero me mareo y me caigo al suelo. No puedo desmayarme ahora. Ahora no, joder.
- ¡No me jodas! - oigo que grita, y entonces lo que hace es agarrarme. 
Me levanto con ella, tirando de mis fuerzas, y de pronto me veo dentro de la primera Sala de Purificación de su edificio. El aire húmedo y caliente me limpia junto al gas venenoso del ambiente, y comienzo a sentirme mejor.
Me incorporo y me quedo mirando. Veo cómo se arrodilla en el suelo y va disparando sin dudar a todos los zombies que van llegando. Está así unos diez minutos, cambiando la munición diversas veces, hasta que se queda sin ésta.
Entonces corre hasta otro sitio y vuelve con un bate de béisbol hecho de metal. Se acerca a los zombies sin dudar y les machaca la cabeza como si fuera una sandía. Se tira casi una hora haciendo esto, y voy viendo cómo pasa de estar bien a acabar exhausta. Pero ha limpiado casi toda la zona de zombies, y la precisión y frialdad con la que lo ha hecho me hace admirarla y temarla al mismo tiempo; al igual que me hace preguntarme quién es esta chica y cómo ha conseguido sobrevivir.
***
Está enfadada. O mejor dicho, enfadada y cansada. Tiene las piernas cruzadas, está sentada frente a mí, al otro lado de la mesa baja que hay en mi salón; con los codos apoyados en las rodillas y la cabeza en las manos, agarrándose con fuerza sus cortos mechones.
- Siento causarte problemas - me dice, de pronto, sin levantar la cabeza.
- No es un problema, tranquila - respondo, y ella suspira a modo de respuesta.
La zona norte fue totalmente invadida por la horda a pesar de los esfuerzos de la población en general para que así no fuera. Se construyó una segunda barricada en cuestión de horas, y los que antes trabajaban en la barricada norte, ahora trabajarán yendo a despejar esa zona. Saya es una de las que irán a despejar.
Su apartamento, además, está en la zona invadida. No tiene a donde ir y me ha pedido vivir conmigo hasta que se haya recuperado la zona. Llevaba dos días durmiendo dentro del instituto.
- En fin - dice de pronto -, no voy a andar lamentándome para siempre de haber perdido mi piso, que además lo puedo recuperar - dice, y levanta la cabeza.
Me sonríe y respondo de igual manera.
- Menos mal que el instituto está por el sur, porque lo que me faltaba era volver a interrumpir mi educación - comenta - Quiero terminar la preparatoria ya.
- Yo también. Es extraño tener veinte años y, en fin, seguir llevando uniforme - respondo, esbozando una media sonrisa.
- ¡Sí! - exclama ella - Pero en los chicos pasa más desapercibido. ¿Qué hago yo llevando una faldita de colegiala? Se nota mi edad real.
- Como si fueras una actriz porno - digo, y luego asiento con la cabeza.
- Bueno, yo había pensado en chica Playboy, pero supongo que eso también vale - dice, riéndose levemente.
- O también podrías ser una repetidora sexy - digo, y luego le guiño el ojo exageradamente, como si ligara con ella.
- La repetidora sexy que vuelve locos a los chavales de su clase, ¿no? - dice, siguiendo mi broma.
- A mí te aseguro que un poco loco sí me vuelves - digo, esta vez sin pensar.
Antes había dicho todo eso sabiendo lo que decía, pero esto se me ha ido un poco de las manos. Porque no lo he dicho del todo en broma, y se ha notado. Estoy a punto de empezar a jugar con mi pelo cuando ella me pregunta con cierta sorna:
- Del uno al diez, ¿cuán loco te vuelvo?
- ¿Siete? - respondo, sin saberlo muy bien.
- Vaya, qué decepción. Me esperaba un ocho y medio como mínimo - dice, y su rostro cambia de la pillería a la seriedad fingida.
- Bueno, siempre puedes hacer algo para que tu nota suba - digo, de nuevo sin pensar, pero me da igual, porque veo que ella sigue la conversación.
- ¿Algo como qué? - pregunta, en un tono un tanto sensual, y de pronto no sé a dónde nos está llevando este diálogo.
- Vale, vale... Saya, ¿a dónde estamos llegando? - pregunto, levantando las manos y frunciendo el ceño.
- No lo sé, ¿a dónde quieres que lleguemos? - responde ella, en el mismo tono de antes.
- No puedes jugar así conmigo - digo, haciendo que me desespero.
- Hombre, claro que puedo - responde ella, volviendo a su tono normal - De hecho es muy gracioso.
- Cuánta maldad... - digo entre dientes, mirándola con desconfianza fingida.
- Pareces un chico virgen nervioso ante la expectativa de mantener relaciones - comenta, y luego se ríe, para después preguntarme - ¿Eres virgen?
- Eeeeh... - balbuceo. 
Ha sido una pregunta muy directa y verdaderamente personal. En cierto modo es un poco extraño contestar. De hecho, ella misma me dice que si no quiero no tengo por qué contestar, y que si me ha hecho sentir incómodo, que lo siente; pero le respondo con naturalidad que simplemente no me lo esperaba.
- No, no lo soy - contesto - Antes del asunto de los zombies, tenía una novia. Llevaba con ella desde los quince años, y bueno, en los dos años que duramos, nos dio tiempo a hacer de todo, obviamente.
Acordarme de ella me hace sentir un poco triste. La quería muchísimo, y no puedo evitar echar de menos esas veces que iba a recogerla a su instituto y se le iluminaban los ojos al verme, o cuando me escuchaba si le hablaba de mis tonterías, el colmillo más adelantado al resto de dientes que hacía que su sonrisa fuera diferente, o aquella vez que aprendió a hacer piercings y me hizo uno en la oreja izquierda.
Me empiezo a acariciar el lóbulo de la misma, mirando al suelo, sintiendo el agujero entre los dedos, pensando en lo feliz que era con ella por aquel entonces, cuando Saya me pregunta sacándome de mis pensamientos:
- ¿Llorabas por eso cuando te saqué del Club de Música? - contesto con un asentimiento de cabeza, y ella añade - Oye, si no quieres hablar del tema...
- No, no pasa nada. La melodía que estaba tocando... solía tocarla para ella. Le encantaba. Así que me acordé de ella y bueno, pasó lo que pasó - le explico, esbozando una sonrisa triste.
- Lo siento - dice Saya.
- No pasa nada. Intento verlo por el lado "positivo" - digo, bajando la mano.
- ¿Y cuál es? - pregunta.
Entonces alzo la cabeza, miro a sus ojos oscuros, ahora expectantes por mi respuesta; y digo:
- Que ahora puedo encontrar a otra chica que, incluso, sea mejor para mí que ella.
.................................................................................................................................................................
Bueno, bueno... pues que sepáis que casi publico el capítulo que no era xD El 11. Porque me ha dado por revisar cuál era el último que había publicado, que si no... la lío parda.
En fines, EN FINES: ¿Qué tal? ¿Bien? ¿Sí? Yo también.
No tengo muchio que decir, sólo que la segunda imagen se corresponde a algún recuerdo de Kiyoshi. Yastá.
Y cambiando de tema, LA PRÓXIMA ENTRADA SERÁ LA NÚMERO 100. Omg!
Al final se me ha ocurrido algo guay. Creo que voy a hacer un vídeo, el cual pretendo que sea breve porque no quiero aburriros, y... no sé si leeré algo de Sangre sobre el pan o de algo que tenga escrito por aquí. Ni fruta idea. Pero pretendo hacer un vídeo, ¿vale? xD 
Y bueno, no mucho más.
Muchas gracias a Cgm y Pao Del Cid por haber comentado el anterior capítulo, sois estupendas ambas, y os quiero mazo :'D
Espero que este capítulo os haya gustado ^^ Como prometí, hay ACCIÓN, aunque sólo al principio xD Pero eh, haberla, hayla xD
Eno, muchas gracias por haber leído, por estar siguiendo esta historia... y espero vuestros lindos, LINDOS comentarios. O no lindos. Podéis dejarme comentarios brutales. Lo que queráis xD 
¡Un abrazo de oso para todos! :3

2 comentarios:

  1. Son adorables cuando tontean; mensaje para Saya: ABRE LOS OJOS, NIÑA, NO VES QUE ERA UNA INDIRECTA?!?!?!
    Espero ansiosa el vídeo sobre el que no tienes ni fruta idea XD.

    C
    G
    M

    PD: Cómo era este comentario; lindo o brutal???
    PD: Sólo por curiosidad...

    ResponderEliminar
  2. WAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA ES DEMASIADO WAHSAJKHALDJSAAÑLDJDA{
    SERÉ BRUTAL EN DECIRTE ESTO. NO TENGO NI BENDITA IDEA DE CÓMO LE HACES.
    Es decir, empiezas con una épica escena malota a lo BAAAAAAMMMMM RATATATATATTATAA *Dispara metralleta* CON UNA ÉPICA SAYA LIKE A NINJA Y PARA REMATAR, COMO LA CEREZA EN EL PASTEL, ACABAS CON UNA ESCENA SIYOSHI REMATADAMENTE ADORABLE Y REPLETA DE IF YOU KNOW WHAT I MEAN'S.
    AHDSAKLHALHJALJDSLÑAJÑJALSJKLADA DA FANGIRLEO DEMASIADO
    ADJKSAHDKJHDLAJDKALDJSJAKDJADLAJD SI MUERO ES TU CULPA (?
    SAKDHAKJSDHJAHLJSÑDSAADDADSDADSADDA
    AJHDAKDHDHDLAJD
    ASJGAAJSSGJD NI SIQUIERA PUEDO ESCRIBIR UN COMENTARIO RAZONABLE
    ASHSJGAHJDDHAD
    -Pao
    PD: SHDAJDGDJHAGDSHAHK

    ResponderEliminar

¡Eh! ¡Ten cuidado conmigo! ¡Tengo una pierna! ¡Y puedo atacarte con ella en caso de no ser respetuoso en tu comentario! Así que vete con ojo...