28 feb 2014

[Intoxicados 11] - Real

Terminamos de grabar la última escena, una vez más, y la directora tras unos segundos da el visto bueno. Sonrío, aliviada, mientras el equipo de iluminación, grabación y sonido estalla en gritos de alegría. Esto supone el final del rodaje. Ya hemos grabado todas y cada una de las escenas, ahora sólo queda que la parte del equipo dedicada a la edición monte todo, añada música y esas cosas.
Nos despedimos de todo el equipo, que nos abrazan o nos dan la mano, nos dan las gracias por habernos esforzado y haber actuado, y nos dicen que en cuanto esté todo editado, nos avisarán para verlo con ellos. 
Kiyoshi se pone su máscara de gas antes de salir de la zona para intolerantes, y luego salimos los dos de ahí, y de paso, del instituto. Se ha hecho tarde, y si fuera un día normal, iría corriendo a currar, pero me han concedido un día de descanso porque ayer me arriesgué demasiado y acabé rodeada de zombies, que casi me mordieron en distintas ocasiones.
Cuando llegué a la nueva barricada, me revisé por si tenía algún arañazo del que preocuparme, pero estaba todo bien. Así que me han dado un día libre para "recuperarme del susto" y para "pensar en las consecuencias de mis actos", según me han dicho.
Lo que voy a hacer es relajarme, tomarme un té con pastas y ver la tele; porque sinceramente, el examen de mañana, el último ya del trimestre, lo llevo bastante bien. Repasaré antes de dormir, si eso. 
Kiyoshi y yo vamos caminando en silencio, por la calle, debido a que apenas nos entendemos al hablar con las máscaras puestas. Finalmente llegamos a su casa, supongo que ahora también mi casa, y nos quitamos las máscaras junto con los zapatos.
- Dios, qué alivio quitarse esto - dice él.
- Ya te digo. Se acerca el calor y es inaguantable - digo yo, comenzando a subir las escaleras.
- Y se respira fatal - apunta él, a mi espalda.
- No sé cómo eres capaz de llevarla puesta todo el día - comento, negando con la cabeza.
- Pues porque no tengo otra opción, chica - responde, ya cuando llegamos arriba. 
Él va a su cuarto y yo voy al mío. Su casa es tan grande que incluso podrían venir a vivir tres personas más, y seguirían teniendo cada una su propio dormitorio. Abro un armario, donde tengo unas pocas prendas de vestir que conseguí rescatar de mi casa un día limpiando la zona norte, y me quito el uniforme. Estoy desabrochándome el sujetador cuando oigo la voz de Kiyoshi:
- Oye, Saya...
Y se calla. Levanto la mirada y le veo, en la puerta de mi cuarto, la cual había dejado abierta, ya con su ropa de andar por casa puesta, y mirándome con los ojos abiertos como platos, y no precisamente a los ojos.
Por algún motivo que no entiendo, siquiera me altero. Cualquier persona normal, con sentido del pudor, se taparía como pudiera. Pero no. Yo es que soy así.
Me lo tomo con calma y me abrocho el sujetador, de nuevo, tapándome sin ponerme nerviosa.
- ¿Qué querías? - digo, en ropa interior, mientras veo cómo se sonroja.
En realidad, la situación me hace mucha gracia.
Se queda mirando mi cuerpo un par de segundos más hasta que sube la mirada a mis ojos, y luego la aparta, y comienza a juguetear con los mechones rubios de su pelo.
- Eeeeh... - balbucea - Sólo quería preguntarte que si te gustaría este finde ir conmigo a una discoteca a la que suelo ir, a pasar un buen rato - me propone, y mientras yo aprovecho para ponerme la ropa que me iba a poner.
- Pues no lo sé - respondo, poniéndome una camiseta ancha - No soy mucho de discotecas.
- Oh, bueno, entonces nada - Y mientras dice eso, me pongo los pantalones, de manera que cuando vuelve a mirarme, estoy completamente vestida - Espera - dice entonces, frunciendo el ceño -, ¿entonces no te quitas el sujetador?
- Claro que me lo quito. Observa - respondo, y lo que hago es desabrocharlo y sacarlo por debajo de la camiseta sin necesidad de quitármela, dejando a Kiyoshi un poco alucinado - Técnica femenina - digo, y luego, por diversión, le lanzo el sujetador a la cara.
Le golpea y luego lo coge, lo mira, y dice:
- ¡Ay, Dios! - lo suelta en el suelo, como si fuera un bicho, y se va rápidamente.
No puedo hacer otra cosa que reírme, y él aparece segundos después falsamente indignado diciendo que no me ría de él, pero yo sigo riéndome, y al final acaba por coger mi falda del uniforme y ponerse a correr por la casa con ella, haciendo que le persiga para que me la devuelva.
***
Veo por la tele que se está recuperando lenta, pero efectivamente, la zona norte de la ciudad; y no puedo hacer más que alegrarme. Quizá dentro de un mes haya conseguido volver a casa. No es que mi piso sea una maravilla, de hecho no mide más de cuarenta metros cuadrados, pero me gusta estar allí. Se vive bien, tranquilamente. 
Aunque no creo que tarde en acostumbrarme a esta casa. Hoy me he dado un baño relajante y ha sido estupendo. Me he tirado en la bañera casi una hora, pensando en mis cosas
, hasta que tenía las yemas de los dedos muy arrugadas y me he decidido a salir. Me he secado con una toalla, he vuelto a hacer mi trenza en el mechón largo que sale tras mi oreja, y luego me he vestido, yendo por la casa absolutamente relajada.
De pronto oigo un golpe en el piso de arriba, donde está Kiyoshi, supuestamente estudiando. Como tengo curiosidad, bajo el volumen de la televisión y me quedo escuchando, hasta que le oigo sollozar.
Me levanto inmediatamente y comienzo a subir las escaleras, llegando a su cuarto y abriendo la puerta. Le descubro sentado con la espalda apoyada en la pared, mirando lo que parece un álbum de fotos en casi plena oscuridad de no ser por la luz del flexo en su escritorio.
Levanta la cabeza y puedo ver cómo se le cae una lágrima. Me mira con sorpresa, y yo, ante la cara de tristeza que tiene, sólo puedo acercarme a él y sentarme a su lado.
- ¿Qué pasa? - le pregunto en tono suave, pegándome un poco a él.
- Estaba viendo estas fotos y bueno... me ha hecho sentir un poco triste - dice, esbozando una sonrisa forzada.
Bajo la mirada al álbum y descubro fotos de lo que debe ser él cuando tenía diez u once años, con sus padres, celebrando la navidad, abriendo regalos, con el resto de la familia comiendo, en fin de año... la felicidad de su rostro en esos momentos contrasta con el gesto triste de ahora.
- Y luego encima me encuentro con estas otras - dice, pasando páginas.
Ahora son fotos de hace dos o tres años. Fotos de una chica de cabello negro, largo hasta la mitad de la espalda, con un flequillo recto. Sale ella sonriendo, ella haciendo el símbolo de la victoria, ella poniendo caras, ella con gesto de estar hasta las narices de que le hagan fotos... en algunas salen juntos.
- ¿Era tu novia? - le pregunto, y él asiente.
- No sabes lo genial que era. Era más de lo que yo podría haber pedido. Mucho más - dice, y su
voz se rompe al final de la frase.
- No deberías torturarte así - digo, cogiendo el álbum y cerrándolo.
Lo aparto a un lado y para cuando vuelvo a girarme, le veo encogido sobre sí mismo, llorando en silencio. Pero puedo ver cómo aprieta los dientes, también, rabioso. Lo único que se me ocurre es acercarme a él y abrazarle, y para mi sorpresa, él responde abrazándome también. Apoya la frente justo al final de mi cuello y me aprieta contra sí, agarrando mi ropa.
Yo le acaricio suavemente. Paso mi mano por su cabeza, y por su espalda, y me mantengo en silencio hasta que se le va pasando, momento en el que deja de apretarme con tanta fuerza y levanta la cabeza. Mi rostro esta cerca del suyo, como tantas otras veces, aunque esta vez es distinto. Tiene su frente apoyada en la mía y le oigo sorberse los mocos, tragar la saliva, suspirar, tranquilizarse. Le sigo acariciando mientras lo hace, mirándole.
- Cuando había que sobrevivir apenas pensaba en ella, ni en mis padres. Tenía otras cosas en las que pensar - susurra.
- Lo entiendo - digo, para que sepa que no era el único.
- Ahora pienso en ellos, y en ella, y no sé cómo voy a superarlo - me explica, y le pongo una mano en el rostro.
Entonces pienso que una piedra quita otra piedra, y que quizá yo no pueda nunca quitar la de sus padres, pero... pero la otra sí.
Acerco un poco mi cabeza a la suya, y alza la mirada, primero mirando a mis ojos y luego a mis labios. Vuelve a mirarme a los ojos según me acerco, leyendo en ellos lo que voy a hacer. 
Y él hace lo mismo. Nos acercamos lentamente hasta que nos besamos una vez más. Y esta vez es distinta. Esta vez no estamos actuando. Esta vez somos nosotros. Esta vez lo que sentimos es real, es totalmente real.
O al menos, lo es para mí.
................................................................................................................................................................
Bueno, antes de nada, perdonad por haberme retrasado un día en publicar este capítulo. Ayer tuve un día ajetreado y llegué tarde a casa (qué rebelde xD) y ya era hoy, es decir, llegué sobre la una de la madrugada a casa, entonces era un poco absurdo publicar en ese momento porque seguiría siendo sábado en lugar de viernes.
Por lo que me he esperado a esta hora, cuatro de las tarde en España, para publicar :)
Pero vamos, que no creo que vuelva a repetirse, y además Intoxicados está completamente escrito. Os diría cuántos capítulos son, pero no es plan porque entonces sabríais en todo momento cuántos capítulos quedan para terminar y no xD Ya os avisaré cuando queden cuatro o así para el final :P
Aunque bueno, todos tranquis que todavía falta xD
Pooorrr oootrrrraaa paaarrrteeee, he visto que el vídeo gustó bastante ^^ Me alegro mucho, la verdad porque fueron unas horas de estar ahí grabando, repitiendo grabación, y luego como una hora haciendo el vídeo (¿una hora para poner unas pocas imágenes y música de fondo? ¡Sí! ¡Bienvenidos al mundo de la edición! xD)
En fin, me tengo que ir yendo que todavía no he comido. Si es que soy muy malota, y no podría vivir en Londres. Maldita sea, ahí comen a la una o antes, puta locura. Yo necesito comer más allá de las dos de la tarde xD
Eno, muchas gracias a Pao D'Cid y Cgm por haber comentado el anterior capítulo. ¡Os prometo que la semana que viene contesto a todos vuestros comentarios! Si es que me acumula el trabajo, POR VAGA QUE SOY. Tiradme un tomate, lo merezco.
¡Un abrazo muy fuerte para todos!

3 comentarios:

  1. aisshh que adorables estos dos^.^ cada vez me gusta más esta historiaaa!! quiero capítulo nuevo yaa!!:D sigue así!! bss:)
    PD: me ha encantado la entrada anterior!que maja tu al mencionarme:) aunque mi apellido no se pronuncia nig o neg, o como hayas dicho jajaja pero tranqui, no pasa nada;)

    ResponderEliminar
  2. :3
    *w*
    *O*
    ;))))
    ^^
    :O
    MISORA
    TE HE DICHO QUE SAYA ES ÉPICA MISORA?
    TE HE DICHO QUE EL SIYOSHI ES ADORABLE MISORA?
    TE HE DICHO QUE TUS NOVELAS SON ÉPICAS MISORA?
    TE LO HE DICHO????
    ME PARECE QUE SÍ PERO NO LO HE REPETIDO LO SUFICIENTE ASÍ QUE LO REPITO PORQUE TODO ESTO ES REMATADAMENTE ÉPICO Y SAYA ES RE MALOTA Y EL SIYOSHI MONOSO Y AGDHSSAHRKSJLAHAKFHDJFQN
    Y POR CIERTO, OTRA VEZ ME HAS HECHO FANGIRLEAR :O (Sorpresa, ¿no? xD) ES QUE SOLO PIENSO EN PEETA Y KATNISS CON ESO DE REAL Y SE HAN BESADO Y SAYA A LO *pone cara solemne* QUIERO SER ESE CLAVO y AGDDHAKDHSDMSBDKA
    -Pao

    ResponderEliminar
  3. Pero cómo vamos a tirarte un tomate??? Anda, tú tira y calla
    Es adorable que Saya se haya enamorado, aunque no lo sepa (o sí, eso lo decides tú); y me encanta la escena del sujetador, es buenísima.

    C
    G
    M

    ResponderEliminar

¡Eh! ¡Ten cuidado conmigo! ¡Tengo una pierna! ¡Y puedo atacarte con ella en caso de no ser respetuoso en tu comentario! Así que vete con ojo...